El anciano jefe de una tribu estaba teniendo una charla con sus nietos acerca de la vida.
Él les dijo:
"Una gran pelea está ocurriendo dentro de mí desde que nací, es una pelea entre dos lobos.
Uno de los lobos es maldad, cobardía, temor, ira, envidia, dolor, vanidad, indolencia, arrogancia, culpa, resentimiento, inferioridad, orgullo, mentiras y avaricia.
El otro es bondad, amor, alegría, paz, voluntad, armonía, esperanza, generosidad, amistad, empatía, serenidad, sabiduría, fortaleza, compasión, humildad, dulzura, y verdad.
Esta misma pelea está ocurriendo dentro de vosotros, y dentro de todo ser humano."
Los chicos lo pensaron un minuto y uno de los niños le preguntó: abuelo, dime ¿cuál de los dos lobos ganará la pelea?
El anciano jefe respondió: "el que alimentes"
El autocontrol o regulación emocional de la ira es la capacidad para adecuar las propias emociones y entender las de los demás con una debida forma social que se ajuste a las circunstancias. Así, controlar el arrebato de un enfado o resistir a la tentación de actuar impulsivamente cuando nos dicen algo que no nos gusta es un trabajo en pro de hacer crecer nuestra inteligencia emocional.
Esa chispa que “nos enciende” es personal, no todo el mundo tiene el mismo clic de comportamiento inapropiado. Cada persona enciende ese monstruo que no quiere ser por un detonante determinado. Conocerlo es el modo en que podemos suavizarlo y regularlo para manejarlo del modo más conveniente en cada situación.
Cuando se da la transformación en “monstruo”, la fuerza animal se descontrola en progresión geométrica hacia el lado oscuro, hacia un instinto agresivo que se formaliza con malos modos, bloquea la comunicación interpersonal y contamina de rencor el trato social. Además, desautoriza y menoscaba al autor. Reconducir la comunicación cuando una de las partes, o las dos, pierden el control de si mismos es muy laborioso o imposible. ¿Vale la pena?
Ha de entenderse que no tenemos que sofocar nuestras emociones, la espontaneidad de nuestros sentimientos se dará como forma natural de nuestra idiosincrasia, pero edificarnos en un equilibrio personal que pueda comunicar con respeto y sin agresividad es posible. El autocontrol posibilita comunicarnos de manera asertiva y adecuada al entorno (social, laboral o familiar) pese a sentir enfado.
Insisto, ejercer un autocontrol emocional no significa negar o reprimir los verdaderos sentimientos, el solo hecho de traer a la conciencia los sentimientos íntimos puede tener efectos saludables. Pero, además, poner esas emociones sentidas a nuestro servicio de manera constructiva puede lograr transformaciones personales que ayuden a decisiones en un sentido y/o situación determinados, como un cambio de trabajo, revisión de relaciones, etc. y hacer conscientes nuestros pensamientos o activar la fuerza emotiva como conocimiento de nosotros mismos nos dará experiencia personal transformadora, lo que supone sabiduría y se describe en el ámbito personal como inteligencia emocional.
Por otro lado, no existen emociones “buenas” o “malas”, solo hay reacciones buenas y malas a nuestras emociones.
Ante la injusticia sentimos ira, igual que al enfadarnos. El miedo posibilita la huida, con el sentimiento de tristeza se han escrito poemas conmovedores. Sucede lo mismo que con las sorpresas; no todas las sorpresas nos resultan agradables.
Se trata de no jugar en nuestra contra ya que la ausencia de autocontrol emocional:
- Es bloqueante para nosotros.
- Interrumpe la comunicación.
- Da una imagen de nosotros poco conveniente e inadecuada. Nos estigmatiza.
- Daña nuestro organismo por el desgaste emocional.
- Produce emociones negativas: miedo, rechazo, vergüenza, odio y rencor.
- Desconcierta y crea desconfianza.
- Genera una agresividad siempre desmedida.
- Hiere porque no se ajusta al momento ni a la causa
Las personas que saben de la importancia de regular sus estados emocionales establecen una relación con la secuencia temporal y ralentizan el sentimiento:
- Aplazan bien los sentimientos impulsivos y las emociones perturbadoras.
- Se mantienen en su fortaleza, positivas y motivadas aún en momentos que se han escapado a su control.
- Manejan el pensamiento y activan la concentración cuando perciben la contrariedad o la presión del entorno.
Se trata de observar y entender los estados de ánimo, propio y ajeno, en la situación concreta:
- Visualizando los obstáculos sin agresividad.
- Haciendo espejo del otro.
- Entendiendo las motivaciones ajenas.
- Renovando la mirada, lejos de prejuicios.
- Transformando emociones hacia la empatía y la compasión.
Avanzar en la “introspección”, es decir, reflexionar sobre nuestro estado emocional y entrenar el conocimiento emocional a través de las experiencias posibles (pensamientos, sentimientos, actividad fisiológica…). Nuestro entrenamiento emocional requiere posibilitar una técnica corporal que nos calme, que ponga el cuerpo y la mente a la disposición del pensamiento racional. Podemos dirigir nuestro cuerpo a un estado de calma con respiraciones abdominales intensas y retardando la respuesta impetuosa.
El autocontrol no nace de un día para otro, debemos educar la voluntad de la regulación emocional.
“Mover los Sentimientos” es una herramienta de facilitación emocional, no nos dice lo que debemos hacer, pero propone una acción hacia donde enfocar nuestra introspección de un asunto concreto. Alivia nuestros sentimientos aflictivos porque te ayuda a templar tu vicisitud. A través del juego las pistas del dosier de trabajo nos mueven y nos desbloquean, así podremos iniciar un nuevo camino, una mejor manera de actuar. Evidentemente, la pista elegida variará en función de si lo que queremos es levantar nuestro ánimo, controlar nuestros impulsos o disminuir nuestro estrés.
Reflexiona y elige aquella táctica que creas que mejor resultado dará en la situación en la que te encuentres. Intenta buscar un nuevo punto de vista a esa situación que te preocupa, y recuerda que nadie es poseedor de la verdad absoluta. Sitúate en el lugar del otro e interrógate sobre cómo lo verías y sentirías desde el otro lado de la relación. En muchas ocasiones esa información, junto a las pistas de “Mover los Sentimientos”, te aportará nuevas vías de solución.
—Cambia tu punto de vista, quedarte anclado no es una opción—.
Reaccionar descontroladamente no te gusta y es lamentable a corto y largo plazo. Un momento inadecuado no muestra tu fantástica personalidad.
Recuerda, la voluntad de alimentar tu Dr. Jekyll te dará mayor bienestar emocional.
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