Todos hemos oído alguna vez comentarios del tipo: "Soy una persona lógica, sé dejar las emociones a un lado y analizar las situaciones objetivamente". Esta afirmación lleva implícito el considerar la razón y la emoción como dos entidades totalmente separadas que se pueden activar o desactivar a voluntad. Algo muy lejos de la realidad.
““Estar o sentirse orgulloso” de otra persona es de los valores más sobresalientes que puedes experimentar, porque significa que estás teniendo relaciones interpersonales en las que crees, relaciones verdaderas, por eso estás orgulloso u orgullosa del otro.
Existen muchos caminos distintos cuando ya hemos elegido nuestro destino. En cualquier caso, como dice María Zambrano: "La acción es lo único que puede poner en marcha al ser angustiado".
Sabemos que la vida, de vez en cuando, nos regala momentos únicos en los que se hace manifiesto eso que yo interpreto como “magia”. No sabemos cuándo van a producirse, por ello debemos mantener una atención y conciencia plenas en el aquí y ahora, para que no pasen de largo sin dejarnos el regalo de su presencia.
¿Resulta posible anestesiar nuestras emociones? ¿Podemos acallar nuestras angustias de forma inmediata con el recurso de las pastillas? ¿Existen otras formas sanas de liberar estrés o de introducir cambios en nuestra vida?